Canto da Maia (1890-1981)
Ernesto Canto da Maia (1890-1981) fue un escultor portugués que nació y murió en la isla de S. Miguel, archipiélago de las Azores.
El inicio de su actividad artística se caracteriza por una ruptura con el espíritu académico del siglo XIX, común a la generación de jóvenes autores que fundaron el Arte Moderno en Portugal.
Su pensamiento artístico se forja de 1907 a 1919, entre Lisboa, Paris, Ginebra y Madrid. En Madrid trabajó con el escultor Júlio António (1889-1919) de quien siempre ha guardado un grato recuerdo.
A partir de 1920 se instala en Boulogne-Billancourt, lugar de París donde en aquel entonces residían numerosos escultores. Allí vivió hasta que en 1954 regresa a su tierra natal. El periodo parisino fue de máxima actividad creativa, frecuentando los Salones de Otoño, de los Artistas Franceses y de los Independientes donde realizó una exposición retrospectiva en 1935.
Canto da Maia integró las estéticas internacionales de la vuelta al orden, a través de la figuración clásica de matriz mediterránea, cultivada en Europa entre las dos Guerras Mundiales, común a Bourdell, Maillol, Joseph Bernard o Janniot, autores cuyas obras fueron bien aceptadas en los consumos de lujo sofisticado del gusto Art Déco.
En una estrategia internacional de consagración de los mitos históricos de cada país, Canto da Maia realizó trabajos para el Estado portugués, creando representaciones de los monarcas y descubridores portugueses de los siglos XV y XVI.
Con todo, tanto en el furor cosmopolita del París de los años 20 y 30, como en la voluntad propagandista del régimen autoritario del Estado Nuevo, instaurada en Portugal a partir de 1928, Canto da Maia nunca dejó de cultivar su poética intimista y simbólica que vemos reflejada en una poderosa serie de esculturas que detentan un inmenso silencio interior que es el de su tierra, insular y lírica.
Paulo Henriques